Tuesday, October 22, 2019

Ashe Leri




El Aché lerí, es decir, las semillas de Kolá etc, son lo mas importante de esta ceremonia, al igual que las pinturas, pues en un asiento, si no hay ozun lerí, ni Aché lerí, solamente habrá lavatorio de santo, pero no asiento de santo. Estas semillas son varias, y tienen la capacidad de asentar el ángel de la Guarda a la persona en su cabeza, independientemente de sus poderes espirituales, como componentes naturales.
Cada semilla, significa algo de este mundo y del otro, pues son específicamente para hacer Ocha, y no para resguardos etc. aunque también sirven para ello. Estabilizarán al eleddá de la persona y reafirmarán determinadas funciones en la vida dei iniciado

Obbi: esta semilla, representa la consciencia del ser humano, es la que activa la cualidad consciente de las funciones cerebrales, principalmente afecta en la agudeza de la vista y la memoria.
Osun: hace referencia a que este polvo, representa a la firmeza en la tierra, así como lo que representa el Oricha Ozun. Da la firmeza y la estabilidad a las personas. Sirve incluso para pintar determinados signos o atenas.
Ero: esta es la salvación de la lerí de la persona, ya que desempeña la función de la obediencia y la firmeza del cumplimiento. La humildad que representa un verdadero devoto de la religión, lo despierta este aché, al igual que el sentimiento de amor que se siente al ver una posesión de un Oricha. Es esa alegría de reconfortación religiosa, en el cumplimiento con los Ochas y el mismo Oloddumare. Determina el sentimiento de la caridad y el de hacer el bien hacia nuestros semejantes.
Kolá: este es el que confirma y reafirma las consagraciones. Si bien antiguamente se preguntaba al Ocha con esta semilla, al igual que simbolizó el dinero en África. Este es un manjar de preciada valía en África, pues es una de las ofrendas que mas agrada a los Ochas. Este es el que centra a todas las energías en la lerí, en el eleddá, tanto para la acción consciente como la subconsciente. Tiene la facultad de resolver las situaciones de peligro y atraso de los iniciados.
Estos son los principales achés que se ponen en el Aché lerí, y luego se le añaden los demás que existen, de similares propiedades.
Luego de colocar el aché, se colocan los pañuelos de la parada, que han de quedar arriba el color del Ángel de la Guarda del Iyawó.
Esto se hace siguiendo el procedimiento normal y respetando la jerarquía de colores, por lo cual se colocarán en el orden siguiente.
De abajo para arriba.
Aperí, oroldo, pupuá y funfún.
Este último es el que se queda arriba del todo y sobre el que se colocarán las soperas a medida que se van nombrando, también por su orden jerárquico.
Luego de colocado todos los pañuelos, el Obbá coloca un rodillo que se hace anteriormente a todas las ceremonias, con tela de color funfún pues este es el color de su elerí.
Este se pasa sobre los pañuelos de manera que se quede dentro de los pañuelos y el rodillo, una pequeña torre formada en su interior por el Aché lerí que tiene entre los mismos y la lerí del Iyawó.
Entonces encima de esto es que se colocan las soperas de una forma cuidadosa, y el Obbá lo aguanta con una mano para que no se caiga.
Los pañuelos de la parada, antiguamente, eran los mismos en que se enrollaban los otases de los principales Ochas, que son: ( esto se ha perdido como primordial ceremonia de Kari Ocha ).
Achó eñí ( amarillo ): se envuelven los otases de Ochún, con oñí. Achó oroldo ( azul ): se envuelven las otases de Yemayá con, melao de caña. Achó pupuá ( rojo ): se envuelven las otases de Changó con, epó, oñí. Achó funfún ( blanco ): se envuelven las otases de Obbatalá con, orí, efún, oñí.
Esta es la forma de tener las otases los días antes a la ceremonia de consagración. Se meten cada uno en su sopera o batea, y se tienen así al pie del canastillero de su padrino. Por fuera de la tela, dentro de su sopera, cada Oricha ha de tener su herramienta, su caracol, y su ileké correspondiente, hasta la hora de su consagración.
Los demás Ochas que se van a recibir se pueden tener de la misma forma, cuando se le monta el santo por completo, es decir que no tiene ni tan siquiera guerreros. Entonces podemos encontrar que los demás, respetando su jerarquía de colores, se pueden preparar de la forma siguiente: ( esto se hará cuando el Santo es virgen o que no se le ha lavado años atrás o que no lo han recibido, en el caso de los Guerreros ).
Elegguá: se envuelve su otá en achó pupuá junto con: ekú, eyá, awaddó, epó y oñí. Se pone dentro de su cazuela de barro con su caracol, su Igbo y su ileké. ( si no está nacido, de lo contrario no se envuelve con tela, para evitar tropiezos ).
Oggún: se envuelve su otá y la de Ochossi en achó pupuá junto con: ekú, eyá, awaddó, epó y oñí. Se pone dentro de su calderito de hierro, con su caracol y herramientas, y su ileké. ( si se va a recibir normal, no se le pone ni collar ni caracol )
Ochossi fundamento: se envuelve sus otases en achó oroldo junto con: ekú, eyá, awaddó, epó y oñí. Se pone dentro de su cazuela de barro, con su ileké, herramienta y su caracol. ( esto es cuando es Ochossi de fundamento )
Aggayú: se envuelven sus otases en achó pupuá junto con: epó y otí guiguí. Se pone dentro de su sopera con su herramienta, su caracol, y su ileké. Si es de addimú, lleva 3 piezas en su herramienta, y si es de cabecera, lleva 9.
Oyá: se envuelven sus otases en achó pupuá junto con: epó y oñí. se pone dentro de su sopera con su caracol y su ileké. La herramienta es su corona de cobre con 9 piezas.
Obba: se envuelven sus otases en achó aperí junto con: orí, epó, oñí. Se pone dentro de la sopera junto con su caracol, y su herramienta. Estas son de latón como las de Ochún. Antiguamente, los babalawos, preparaban los otases de los santos para quitarles la posible maldición o posible energía negativa antes de usarla, pues estas pudieron formar parte de un fundamento judío, o de una prenda de Palo Kongo que se botó al río. De hecho, hay personas que tienen en sus soperas, otases que fueron fundamento de Ocha, hace muchísimos años, y han vuelto a recogerse inconscientemente, y forman parte de nuevo de la Ocha.
Entonces para evitar posibles consecuencias, se hacía un omiero de ewé chewerekuekué y se metían las otases dentro de una palangana, para darles un osaddié y una eyelé. Se tenían por varios días así y luego se lavaban con omí tuto y omí laza.
Entonces ya secas se consultaban si eran otá ni Ocha ( se pregunta la Ocha ) y si comen con la lerí de fulano que hace Ocha ni ( se menta el Ocha que asienta ).
De contestar afirmativamente, se procedía a prepararlas de la forma anteriormente citada, hasta recibir Ocha.

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