SIN FACULTADES PARANORMALES NO PUEDEN EXISTIR BABALAWOS, IYAONIFAS U OLORISAS…
Por mucho que nos esforcemos y por mucho que estudiemos cualesquiera sistemas oraculares o de adivinación, la simple memorización, interpretación o lectura de los contenidos prescriptivos de los mismos, no nos bastarían por sí solos para llevar a cabo una mirada y descripción objetiva del pasado, presente y futuro de una persona…y, mucho menos aún para llevar a cabo acciones efectivas de transformación, o sea, la práctica de La Mágia Sagrada de Ifà y Orisa… Para que ello sea posible tendremos que contar con algo mucho más trascendental que el estudio y aprendizaje de libros o manuales, o el simple aprendizaje de recetas mágicas estereotipadas… Y, me refiero a determinadas ‘Facultades Paranormales o Extrasensoriales’ que debe exhibir todo(a) sacerdote o sacerdotisa Orisa-Ifà en su calidad de intermediarios entre las deidades y los seres humanos… porque –obviamente- debe ser asumido que no toda persona es apta para realizar este tipo de labor.
Se trata de la cualidad principal que debe tener todo(a) buen(a) Olorisa o Awò de Orunmila, dedicado(a) a convertir los arquetipos de los Odus de Ifà, o del Èérindilogun (buzios o caracol de Orisa) en sentencias firmes y concretas que se ajusten a la verdad absoluta, sin dar lugar a lo que denomino ‘Adivinación Casual’ o a la simple ‘Interpretación de los signos Psicológicos’ por los que muchas veces transitan las sesiones adivinatorias sin llegar a ser auténticas lecturas del pasado, presente y futuro en clave auténticamente adivinatoria…
Existen ‘pseudo-babalawos’, ‘pseudo-iyaonifas’, ‘pseudo-olorisas’, así como ‘pseudo-adivinos en general’ que se especializan en ‘el Efecto Pozo’ en la adivinación… O sea, en decir ‘comodines’, o lo que es lo mismo, en decir frases hechas o estereotipadas ‘multi-tallas’, que le sirven a todo el mundo… Como por ejemplo, cuando dicen cosas como estas: ‘No salga usted de noche a caminar por caminos oscuros y aislados, porque existe el peligro para usted de ser asaltado(a)’; ‘evite las comidas pesadas en la noche’; ‘hay que cuidar mucho de los niños para evitar problemas’; ‘no le abra las puertas de su casa a cualquiera’; ‘debe hacer ejercicios para evitarle problemas circulatorios en las extremidades inferiores’; ‘escuche consejos’; ‘no ande con armas de fuego’; ‘cuidado no le muerda un perro’; ‘no invoque por gusto a los muertos porque usted puede tener problemas; ‘usted tiene un asunto importante pendiente que resolver’; ‘cuidado con un accidente de carretera, conduzca con precaución’…
O sea, cosas de ese tipo que a todos se nos aplican, son derivadas de ese ‘Efecto Pozo’ en el cual muchos pseudo-sacerdotes y pseudo-sacerdotisas Orisa-Ifà, adivinos y adivinas de pacotilla, se han especializado y que resultan ser un burdo engaño y una flagrante estafa…
Luego, tenemos aquellos que desarrollan una agudeza notoria que les permite captar y traducir los más mínimos detalles psicológicos que le permiten llegar a conclusiones rápidas sobre diferentes aspectos de la vida de quienes tienen delante… Y, esto es muy fácil… Este tipo de ‘adivinos o adivinas’ son muy sutiles, por lo regular buscan la manera –previamente al inicio de la sesión de adivinación- de intercambiar palabras con sus ‘clientes’ a través de las cuales ya comienzan a sacar información que les permite lograr un perfil más o menos acertado del carácter, problemas y otros detalles de su cliente. Esto deriva posteriormente en una ‘sesión de adivinación’ que gira en torno a la interpretación de los signos psicológicos que el mismo cliente les ha dado… En este tipo de ‘adivinación’ es el propio cliente el único responsable de los resultados de su consulta -si a esto le podemos llamar ‘consulta’-, por hablar más de la cuenta, pues su consulta no es más que el producto de un conjunto de artimañas del adivinador basadas en su observación personal, y esto en realidad está muy lejos de ser una auténtica sesión de adivinación… esto simplemente es otra estafa.
Si a todo lo expuesto le sumamos la presunta efectividad de los trabajos de transformación que llevan a cabo estos ‘Adivinadores especializados en el Efecto Pozo, y en la Observación Psicológica’, para supuestamente resolver los problemas que aquejan a sus clientes, pues ya pueden ustedes imaginarse los resultados… ¡Y, desafortunadamente de estos sujetos está cada vez más lleno nuestro mundo..! Y, ¿saben ustedes por qué sucede todo esto con esos individuos..? ¡Porque no tienen Asè, porque son personas carentes de toda gracia espiritual, y porque carecen de las imprescindibles y/o necesarias actitudes naturales especificas que se requieren para el ejercicio de sus ‘sacerdocios comprados y/o impuestos’, por ser personas cuya conexión objetiva con Orisas y Eeguns brilla por su ausencia..! Y, ya podrán exhibir todos los títulos, grados iniciáticos y consagracionales que quieran, ¡pero el Asè no puede comprarse..! El mundo no puede cambiarse, hay personas que nacen con Asè y otras que no tienen ninguno… Para ser un/una buen(a) Awò de Orunmila, ¡hay que tener Asè…y dejémonos de historias..! Y, por favor, tradúzcase este ‘Asè’ en esa facultades Paranormales a las que me referí antes.
Y, esto no solo lo vemos en el ejercicio del sacerdocio de Ifà, sino, en el ejercicio del sacerdocio Orisa y de Egungun… gente sin Asè que se precia y alardea de tenerlo, ¡y, no tienen, ni son absolutamente nada, aunque traten de impresionarnos con sus disfraces, gangarrias y títulos de todo tipo y categoría..! El que no nació para una cosa, no puede forzar el destino e intentar ser lo que por naturaleza no puede ser! La Gracia Espiritual es una cualidad innata en las personas, es algo que se trae de nacimiento…no se obtiene ni se compra.
Por lo tanto, debemos partir de la base objetiva de que, ‘sacerdotes y sacerdotisas Orisa-Ifà o de cualquier otra disciplina religioso-esoterica existente, si estrictamente no poseen la gracia y/o cualidad innata y trascendental del ‘Poder Perceptivo y Comunicativo Extrasensorial’ que les permite intermediar entre ‘el más alla y el más acá’, simplemente no sirven para nada’… Por lo que, si alguno(a) de estas personas (¡desafortunadamente la gran mayoría!) que van por la vida dándoselas de sacerdotes y sacerdotisas Orisa-Ifà, no poseen esta gracia o cualidad innata especial, lo mejor que pueden hacer es dedicarse a otra cosa, porque sus conexiones con la dimensión etérea y espiritual, esa donde se supone habitan las entidades objeto de nuestra fe, brillan por su ausencia y les hace ineptos para todo tipo de trabajo espiritual… ¡Y, esto, por mucho que se esfuercen! Porque, nadie puede violentar los procesos de La Creación…porque toda persona posee un destino y con éste también unas cualidades innatas (o no) que –generalmente- le son otorgadas por el cielo previo a su nacimiento y aparición como criatura en Los Mundos de la Creación, por lo que debe ser asumido que cada cual trae del cielo lo que el cielo les dio… ¡Y, esto, no puede resolverse de otra manera..!
Es por esto que quienes vayan por la vida dándoselas de médiums, de adivino(a)s, o brujo(a)s, sin poseer las Facultades Paranormales mencionadas, engañando a cuanto neófito se les pone delante, lo que merece es la repulsa y el desprecio general…porque viven de engañar al prójimo.
El estudio de las facetas ocultas del ser humano parece indicarnos que las limitaciones de nuestros cinco sentidos no son las únicas que habitualmente creemos poseer… Todo parece indicar que por cada uno de esos sentidos podemos recibir señales que no siguen los cauces o parámetros normales. Es como si pudiéramos ver y oír sin utilizar los ojos ni los oídos… Existen infinidad de teorías esotéricas que pretenden explicar estos hechos. Cada doctrina, cada religión los explica a su manera, y siempre aprovechando la oportunidad para apoyar gratuitamente sus hipótesis sobre las magnitudes ocultas que defienden.
No vamos a detenernos a estudiar todas las hipótesis que existen, pues este trabajo se nos haría interminable, y seguro que siempre nos dejaríamos alguna olvidada sin mencionar. Si hubiera algún acuerdo entre tanta teoría existente lo anotaríamos, pero, como el clásico desacuerdo en este tema hoy en día se hace más notable que nunca, aquí no vamos a detenernos en hablar de ellas.
Las percepciones extrasensoriales parecen generarse en el propio cerebro, todo parece indicar que la materia gris destinada al sentido de la vista o del oído, por ejemplo, ve y escucha por su cuenta las señales que le llegan de otras zonas del cerebro. De esta forma cada sentido puede percibir señales que no le llegan a través de su órgano correspondiente sino de la propia mente. Y con esto no quiero decir que estas percepciones se produzcan exclusivamente en el individuo y no le lleguen también de fuera de él… Si decimos que somos capaces de sentir, de ver y de escuchar a nuestra propia mente, también estamos diciendo que podremos ver, sentir y escuchar también señales del inconsciente colectivo, dimensión psicológica apenas explorada y de la que no conocemos sus límites.
Las limitaciones de las percepciones normales de nuestros sentidos están definidas científicamente, pero las limitaciones de las percepciones anormales, extraordinarias, extrasensoriales, no están en absoluto definidas; éste es un terreno inexplorado, y, como tal, lleno de peligros.
Estas impresiones extraordinarias de nuestros sentidos suelen ser insignificantes comparadas con las percepciones normales. De hecho, todas las personas tenemos algún tipo de percepción extrasensorial y no le damos apenas importancia. Pero, cuando no sólo se le da importancia, sino que se les presta especial atención, se pueden producir cambios importantes en la personalidad de los individuos.
Una pequeña percepción extrasensorial puede cambiar toda una vida si el interés de la persona así lo propicia. Recordemos que el interés mantenido sobre algo puede cambiar el programa de selección de preferencias de nuestros cerebros, y algo muy insignificante puede cobrar prioridad absoluta si así lo queremos. Estas percepciones, si se toman con un interés proporcional al grado de sensaciones que habitualmente transmiten, no tienen porque producir importantes cambios en la personalidad. Pero, si nos empeñamos en otorgarle un interés extraordinario, podemos originarnos transformaciones importantes de dudosos efectos, pues la inseguridad en los resultados que vamos a obtener del desarrollo de estas facultades está garantizada… En los psiquiátricos acabaron muchas personas que se obsesionaron con estas percepciones anormales. Mientras no sepamos más a ciencia cierta de dónde realmente provienen y cómo se producen, mejor es oírlas, si es que las tenemos que oír, como quien oye llover… pues con este tipo de sensaciones no se debe jugar ni experimentar, salvo que personas especialmente adecuadas para ello, nos lleven de la mano por este sendero de lo Paranormal.
Cualquier persona es muy libre de experimentar con su cuerpo o con su mente introduciéndose por terrenos inseguros y llenos de peligros, de hecho, si así no se hubiera sucedido a lo largo de la Historia, apenas habríamos salido de la Prehistoria… Por consiguiente, si no tenemos espíritu aventurero, y escuchamos pequeños sonidos que no nos entran precisamente por los oídos, o vemos tenues luces que no nos entran por los ojos, mejor no prestarles especial atención… A nuestro potente ordenador cerebral se le puede perdonar algún pequeño cruce de cables que perturbe un poco nuestra sensible percepción.
Si por el contrario estamos dispuestos a desarrollar nuestra percepción extrasensorial, habremos de saber que pisaremos terrenos inexplorados, y si nuestro interés mantenido así lo propicia, podemos acabar convertidos en videntes que ven más con su mente que con sus ojos, y oyen más son su cerebro que con sus oídos. Y con el sentido del tacto, del gusto y del olfato puede suceder lo mismo. Los agradables aromas celestiales o el olor a azufre de ciertos ambientes negativos no son afirmaciones gratuitas, son experiencias extrasensoriales de aquellos que aseguraron visitar esos lugares. Otro tanto sucede con el gusto, sintonizar con un nivel agradable o desagradable de nuestro inconsciente puede dejarnos un buen o un mal sabor de boca. Y a través del sentido del tacto podemos sentir la presencia de esa entidad del más allá que nos puede poner los pelos de punta.
Cierto es que muchas veces aquellas personas en cuyas manos nos ponemos con la finalidad de aprender, no son conscientes de los riesgos que están corriendo ellos y nosotros, están cegados por su ansia de encontrar la tierra prometida; como nuestros antiguos exploradores, emprenden expediciones llenas de peligros, embarcando a una tripulación ignorante de lo que le espera en una aventura que les hará padecer innumerables penalidades. Sus objetivos son muy dignos de llevar a cabo; pero, por favor, sin engaños, prometer lo que no podemos dar es un fraude; delito que muchas veces no podemos denunciar porque la mayoría de sus promesas se nos dice que se cumplirán en la otra vida, y eso es algo que nadie puede poner en duda porque nadie regresa de allí para contarlo.
Son muy pocos los casos en los que este tipo de percepciones llegan a ser importantes, la mayoría de las veces es el interés o la obsesión del propio individuo quien propicia su desarrollo, cuando no es un impulso vanidoso de sentirse diferente a los demás, elegido por los dioses para percibir lo extraordinario…
Insisto en la tremenda peligrosidad que implican las percepciones extrasensoriales descontroladas... Si se quieren correr riesgos, adelante, pero siendo conscientes de que los estamos corriendo… Podemos hacer uso de toda la información que nos han dejado infinidad de personas en sus inmersiones por nuestros misterios profundos; cierto es que unos nos hablan de fabulosos tesoros encontrados, de dichas inmensas disfrutadas, sentidas a través de nuestra manera de percibir extraordinaria; no olvidemos los éxtasis de los místicos, auténticas orgías de sensaciones celestiales; pero no olvidemos tampoco a quienes cayeron en lo mas bajo y padecieron visiones y sensaciones tan horribles que acabaron enloquecidos.
Mientras no abramos seguras autopistas por nuestro inconsciente que nos lleven allí donde queramos ir, todo aquel que se introduzca en el mundo oculto del ser humano, está dispuesto a correr unos riesgos que en la mayoría de los casos no son compensados por los resultados obtenidos… Sin embargo, y a pesar de ello, muchas personas continúan adentrándose en su interior, poniendo un interés especial en ese tipo de percepciones, anhelando descifrar los sonidos que llegan de nuestra frondosidad inconsciente, y pretendiendo reconocer alguna figura en las sombras de la espesura de nuestra mente.
Este interés de escuchar algo más de lo que oyen nuestros oídos o de ver más de lo que ven nuestros ojos, hace que nuestro programa cerebral de selección de preferencias destine a gran parte de nuestra inteligencia para descifrar y entender lo que nos llega a través de las percepciones extrasensoriales… Y, si anteriormente hablé algo de la capacidad que tiene nuestro cerebro de mostrarnos una visión de la realidad diferente de la que nos llega por los sentidos, cuando se trata de procesar los datos que nos llegan a través de la percepción extrasensorial, el riesgo de obtener una visión falsa de lo que estamos percibiendo es de un elevadísimo porcentaje…es por ello que meternos en este mundo desconocido solo es seguro y fructífero cuando lo hacemos de la mano de alguien experimentado(a) en la materia… pero, ¡solos jamas seria aconsejable!
Nuestra inteligencia es tan lista que, cuando le pedimos insistentemente que nos dé una visión inteligente de unas vagas impresiones que estamos recibiendo, intentará componer con esos datos un esquema inteligente que encaje en nuestro puzzle cerebral, y, si lo consigue, nos dará la visión correcta; pero, si no lo consigue, se la inventará... Y los datos aportados por las percepciones extrasensoriales, son tan difíciles de encajar en la lógica de nuestra inteligencia, que la mayoría de las veces nuestra mente ha de inventarse una visión personal de ellos para satisfacer nuestro empeño de entenderlos. De hecho, en este tipo de percepciones, las deducciones lógicas de lo que se percibe son formadas, más que por las propias percepciones, por las creencias de los individuos que las perciben... Esta facultad de fantasear de nuestra mente también se aplica a las percepciones que recibimos por nuestros sentidos, pero en un grado mucho menor, ya que la precisión de las leyes físicas de nuestro mundo que percibimos por los cinco sentidos no dan mucho margen para la fantasía… Nuestra mente termina por aprender la fría realidad matemática de nuestro mundo tridimensional, aunque para ello haya necesitado tropezar varias veces con la misma piedra. Nuestro cerebro procurará mostrarnos una visión de la realidad de lo que le llega por los sentidos lo más fiel posible, es de suponer que siempre procurará darnos una visión correcta de lo que tenemos delante de los ojos para evitar accidentes; no le resultará muy agradable que nos rompamos los huesos por no ver bien lo que tenemos delante de los ojos, sobre todo si esos huesos son los de la cabeza...
Pero este duro y obligado aprendizaje no se da cuando se trata de obtener una visión de las percepciones extrasensoriales, fuera de nuestra dimensión tridimensional no parece que existan leyes como las físicas gobernando las realidades… Un ejemplo de ello lo tenemos en el mundo de los sueños, donde nuestra mente tiene libertad absoluta para mostrarnos cualquier tipo de realidad virtual. La creación de las características figurativas de la realidad onírica no implican dificultad alguna para nuestra mente, cada noche creamos innumerables situaciones de realidad virtual.
Una de las funciones más importantes de nuestro cerebro, y a la que se le presta muy poca atención, es su capacidad de crear escenarios de realidad virtual, mundos y personajes creados exclusivamente para protagonizar en el teatro de nuestra mente impulsos que no protagonizamos en nuestra realidad tridimensional. Las características figurativas de estos escenarios y personajes son extraídas de nuestra memoria, consciente o inconsciente, elegidos entre aquellos que estén más familiarizados con nosotros y mejor puedan escenificar las pasiones, los temores, conflictos, represiones, etc. Lo importante para nuestra mente es hacernos vivir nuestros impulsos psicológicos, realizarlos en los sueños, y para ello elegirá un mundo y unos personajes que mejor puedan hacernos vivir esos impulsos. Y al actuar así no está actuando caprichosamente, sino que responde a las órdenes de nuestros impulsos personales y al programa de selección de preferencias. Y esto precisamente sucede cuando le ordenamos que nos interprete y nos dé una explicación a las percepciones extrasensoriales, y asi –sin darnos cuenta- prácticamente estamos obligando a nuestro cerebro a que nos cree realidades virtuales, cosa que hace muy a gusto y a poco que le insistamos; y, como nada le obliga a darnos una visión fiel de ese tipo de percepciones, nos ofrecerá la visión más lógica para nosotros, la que nos resulte más creíble, la fantasía que mejor nos podamos creer…
Nuestro cerebro buscará en nuestros patrones heredados culturales los materiales necesarios para crear un mundo esotérico o espiritual donde hará encajar las visiones y sonidos extraordinarios. Y esto no es un capricho de nuestra mente, es el resultado de invitarla a darnos una visión precisa de unos datos tan imprecisos como son los que recibimos a través de la percepción extrasensorial…
De todos es conocida la existencia de la telepatía, de la clarividencia y de la precognición, y seguro que la mayoría de nosotros hemos tenido vivencias relacionadas con estas capacidades extrasensoriales. También es de todos conocido el fracaso de todos los intentos hechos hasta ahora para dominar estas facultades a plenitud... Las consecuencias de este fracaso no vienen exclusivamente porque no sepamos utilizarlas, sino porque cuando a nuestro cerebro le estamos pidiendo que las utilice y no se dan las circunstancias para que funcionen, entonces se las inventa: visionamos algo que no está sucediendo, prevemos cosas que no van a suceder, o nos inventamos una conexión telepática que no existe.
En los ámbitos espirituales esta capacidad de inventar escenarios virtuales se ha puesto de manifiesto a lo largo de la existencia de la Humanidad. El ansia por explicarnos las experiencias de las percepciones extrasensoriales ha obligado a nuestra mente a crear mundos donde encajarlas, escenarios donde tuviéramos una visión más o menos lógica de tan ilógicas experiencias, realidades virtuales que incluso nos obligamos a creer en ellas a golpe de dogmas de fe…
Sabemos que existen pseudo-prácticas religiosas y/ espirituales que pretenden satisfacer las inquietudes espirituales, que poseen su particular realidad virtual donde toman protagonismo los impulsos psicológicos del grupo, mundos elegidos por personas cansadas de sus frustraciones en la dimensión tridimensional; esperanzas de vida que no existen, muchas veces inventadas por la poderosa máquina de generar realidades virtuales, que es nuestro cerebro… ¡Y, estas no son las verdades que existen detrás de lo Paranormal, pues estas verdades solo son accesibles para quienes son ‘elegidos’, no para quienes quieran serlo…
Por lo tanto, los personajes, entidades, dimensiones y estados de los que nos hablan las auténticas religiones o las doctrinas de los caminos esotéricos, no son creaciones fantasiosas sin ningún sentido; tras ellas se ocultan esencias de nuestra humanidad, así como esas ‘verdades’ inaccesibles para la gran mayoría…
Muchos grupos espirituales o religiosos, que debieran de ser grupos de investigadores de lo oculto, acaban la mayoría de las veces atrapados en sueños, en mundos de realidad virtual donde pretenden explicarse y satisfacer sus impulsos psicológicos espirituales… Su diferente visión del mundo llega en muchas ocasiones a ser tan diferente del mundo real que crean en su imaginación mundos aparte. Sofisticados escenarios esotéricos donde se protagonizan fantásticas tramas protagonizadas por las pulsaciones de la sombra humana. Tal es el grado de realidad que la conciencia del grupo puede imprimir en esos mundos virtuales, que incluso puede superar el grado de realidad de la dimensión tridimensional… Y es entonces cuando se vive en una realidad no física, moviéndonos por este mundo como si viviéramos en otro…y, este no debe ser nunca el objetivo de quienes buscan la espiritualidad superior y la comprensión del mensaje Paranormal, porque se corre el peligro de desviarnos del camino de la verdad.
Nuestra ansia por descubrir nuevos mundos nos ha llevado infinidad de veces a inventarlos… ¿Qué otra cosa pueden ser, aparte de invenciones, los innumerables mundos espirituales contradictorios que nos enseñan muchas pseudo-religiones, muchas vías esotéricas o falsas creencias..? Si alguna de ellas hubiera descubierto la auténtica realidad espiritual, ésta se hubiera impuesto a todas las demás que la contradicen… Pero, esto no sucede así porque siempre se trata de imponer una realidad virtual sobre otra, algo que es imposible, porque cada sueño tiene su grado de realidad para quien lo sueña…y, esto también es un alejamiento de la verdad.
La moraleja de todo lo expuesto radica en que ‘no todo lo que brilla es oro’, o sea… que debemos tener extremo cuidado a la hora de incursionar en la dimensión de lo Paranormal donde de cada cien alternativas solo una es la verdadera… ¡Cuidado..! Porque la verdad en este sentido se esconde para muchos, mientras se hace evidente para unos pocos… ¡Y, debemos saber con exactitud cuándo somos parte de ‘esos pocos’…
Odaro,
Chief Ifashade Odugbemi
Arabà Awò Agbayè Odugbemi

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