El empleo de las bebidas alcohólicas en los festejos desde la óptica de ifá


de Leonel Gamez, el Lunes, 04 de julio de 2011 a las 21:12
En el mundo actual, cuando se habla de religión, la gran mayoría de las personas lo hace desde un esquema católico. Asimismo, cuando se habla de sacerdotes, es común ver cómo muchos enmarcan al sacerdocio de ifá dentro de los lineamientos que se llevan en otras religiones, principalmente dentro de la religión católica.
La religión yoruba no tiene que regirse por las estructuras que tienen otras religiones, ya que nuestras leyes están contenidas dentro del oráculo de ifá y no en una biblia o en un corán.
El consumo de bebidas alcohólicas a nivel social, aun cuando su empleo es casi general, trae muchas controversias por los desenlaces fatales que suceden, en muchos casos, por su causa (accidentes, problemas, tragedias, etc.). Sin embargo, no debemos de juzgar el empleo de las bebidas alcohólicas por el mal uso que la sociedad le da. Si juzgamos las cosas por el mal empleo que la humanidad les da, prácticamente tendríamos que prohibirlo todo.
Si los humanos tomáramos conciencia del uso de todo lo que Olódúmáré creó o permitió crear para ser empleado por nosotros, hoy no tendríamos que lamentarnos por los problemas que generan las cosas por la mala utilización que les damos.
El empleo mesurado de la bebida trae alegría, desinhibición, baile, etc. En realidad la bebida no es mala, ella no es la que mata, lo que mata es el empleo desmedido de la misma. Y así como con la bebida, así pasa con todo. Hagamos una lista de los malos usos de las cosas y de sus, igualmente, fatales resultados.
Por ejemplo, la carne de res empleada para alimento en forma moderada no es dañina, sin embargo, si es consumida en abundancia, ¡claro que traerá muchos problemas de salud!, entre ellos el posible aumento del ácido úrico. Pero no pensemos en un largo plazo, si una persona, en un día, en vez de comerse un bistec se comiera una vaca completa, con total seguridad que también podría morir ese mismo día.
Pongamos ahora un ejemplo más común y con algo que es creado no para dañar, sino para curar, estamos hablando de las medicinas. Podemos poner de ejemplo cualquier medicina, la que pensemos que es la más buena para curar. Si en vez de tomarnos la dosis que indica el mismo laboratorio, nos tomáramos varias cajas, con total seguridad que aquello que fue creado para curar dejará su primera misión para convertirse en un veneno mortal.
Analicemos esto mismo con algo más benéfico, como lo es el agua. El cuerpo está preparado para recibir este preciado líquido. Si una persona dejara de tomarlo o simplemente desechara más de lo que toma, el mismo cuerpo se lo pediría. Pero por muy vital que sea este líquido, no nos podríamos tomar un galón de agua así nada más, porque se nos ocurrió. Con total seguridad que el efecto también sería muy dañino.
Todas estas comparaciones son sólo para llegar a la conclusión de que nada es malo, ni siquiera el veneno, lo malo está en el uso desmedido. Por la misma razón, no podemos andar culpando a nada de provocarnos un mal, el mal lo provocamos nosotros cuando no somos capaces de tener medida ante cada una de las cosas que nos brinda la vida. Si fuéramos más conscientes, ninguno de los problemas que son provocados por el empleo desmedido de las cosas, existiría.
Así, regresando a lo que veníamos diciendo al inicio de documento en relación al consumo de bebidas alcohólicas, desde la mira de ifá el Oti (bebida alcohólica) es muy importante para cada festejo y celebración. Así lo dice ifá en el odu iroso mbo:
Traducción del ese ifá
Ifá dice, yo no digo que te voy a regañar
tú hiciste cosas para que yo te regañe.
Es el nombre del babalawo de la bebida alcohólica.
Realizó adivinación para la bebida alcohólica
quien es hijo del pueblo de Ilode.
No quiero regañarte.
Tú hiciste cosas para que yo te regañe.
Es el nombre del babalawo de Oguro (emu fermentado)
Realizó adivinación para Oguro
quien es hijo del pueblo de Ilode
quien también es hijo del pueblo de Idita.
Realizaron adivinación para el agua fresca
quien es hija del pueblo de Otun magba.
Los plátanos forman círculos
pero ellos no bailan.
El día que botaron a Oti (la bebida alcohólica)
del pueblo de Ilare
ellos también botaron a emu (vino de palma)
del pueblo de Idita.
Botaron a Ologuro del pueblo de Ilode.
También corrieron a Olomi Tuto (agua fresca)
del pueblo de Otun maba.
Los plátanos hacen círculo
pero no bailan.
El Oti (la bebida alcohólica)
hace que el awo se comporte bien
(se ponga alegre).
Ustedes plátanos hacen círculos
pero no bailan.
Parece que ustedes corrieron a Alare de esa tierra.
Explicación:
El Oti (la bebida alcohólica) es hijo de la tierra de Ilare.
Oguro es otra bebida quien es hija de la tierra de Ilode
Emu (vino de palma) es hijo del pueblo de Ibita
Omi (el agua fresca) es hija del pueblo de Otun maba
Los plátanos fueron a buscar a Oti en el pueblo de Ilare.
La gente de Ilare hace festejos cada año. En sus festejos ellos siempre llaman a Oti, también llaman a Oguro y a Emu. También ellos llaman a Omi Tuto (agua fresca). Mientras ellos buscaron estos elementos, sus fiestas siempre fueron divertidas y eran muy buenas. Un día, la gente de Ilare dijo que ella no iba a llamar más a Oti, ni a Eguro, ni a Emu ni a Omi Tuto. Cuando ellos celebraron su fiesta anual sin contar con ninguno de los elementos que siempre invitaban, como eran ellos quienes hacían que sus fiestas se pusieran buenas, en su ausencia, la fiesta fue aburrida. La gente comenzó a preguntar:
- ¿Por qué la fiesta está tan aburrida?
Y uno de los presentes contestó:
- Es por la ausencia de los elementos que esta vez se dejaron de llamar, no vinieron Oti, Emu, Eguro y Omi Tuto.
Entonces la gente comenzó a decir:
- Sería mejor que los busquen.
Por petición de la gente los mandaron a buscar, la fiesta se puso buena, como antes.
FIN
COLECCIONES DE IFÁ OSHENIWO
El anterior Ese Ifá es encabezado por este refrán:
Ifá dice, yo no digo que te voy a regañar
tú hiciste cosas para que yo te regañe.
Éste viene a ser el nombre de los sacerdotes que realizaron adivinación para la bebida, claramente dice:
- Yo no digo que te voy a regañar, tú hiciste cosas para que yo te regañe.
Éste viene a ser el lema de la bebida, pues el nombre de nuestros adivinos es nuestras leyes, nuestros tabo, nuestros consejeros. En este caso la bebida dice:
- Yo no digo que te voy a regañar, (o sea, yo no te voy a regañar por usar la bebida), tú hiciste cosas para que yo te regañe (tú fuiste quien hizo cosas por las que mereces que se te regañe).
Así nos dice a nosotros que no se nos regaña por usar la bebida, sino que somos nosotros los que hacemos cosas dignas de regaño, por ejemplo, cuando nos pasamos, cuando no tenemos medida en nuestros placeres.
Este documento no nos incita al empleo de las bebidas alcohólicas, sino todo lo contrario a eso. Nos invita a tomar conciencia no sólo sobre su empleo, sino sobre el empleo de todo lo que la vida nos brinda y a lo que nosotros, muchas veces, no sabemos darle un buen uso.
No podemos andar culpando a todo lo que conduce a los seres humanos a cometer errores, consideramos que el mal no está en las cosas, sino en el empleo que les damos.
Como dijimos al principio, si prohibiéramos todo lo que el ser humano emplea mal, no utilizaríamos nada. No podríamos usar el cuchillo, porque aunque no es creado para matar a otros, el hombre lo ha usado para ello. Tampoco sería permitido el uso de los automóviles, pues día a día muchos son los que mueren por accidentes automovilísticos. Pero los autos no se estampan solos, ellos tienen siempre a alguien que los conduce.
Realmente nada es malo, los malos somos nosotros cuando no tenemos control para emplear todo lo que la vida nos da
A nombre de la Sociedad Yoruba de Mexico
Leonel Osheniwo

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